viernes, 12 de julio de 2013

miradas oblicuas

       ¿Te gustan las historias conmovedoras, sinceras y reales? Pues ya está, aquí tienes una tan simple y universal como la vida misma. Verás, una pareja mayor decide viajar a Tokio para visitar a sus hijos, uno de ellos convertido en el médico de su barrio, después de que las guerras civiles de Japón los hubiera separado. Pero las cosas habrán cambiado bastante y sentirán el abismo que reina tanto entre las generaciones como entre los habitantes del campo y entre los de la ciudad (y hasta aquí puedo desvelar).
      Te diré que es Cine en estado puro y cristalizado, y que a través de una magistral reflexión sobre el paso del tiempo el simple transcurrir de los días en la existencia de unas gentes sencillas quedará trastocado cuando la muerte haga acto de presencia. Lo que os cuento no parece nada novedoso ni original pero, ¿acaso algo lo es? Yasujiro Ozu, conocido como uno de los más grandes cineastas de la Historia del Cine, acuñó su propio dogma teñido de concisión y elegancia. Su filmografía cuenta con un extenso legado de más de cincuenta títulos, pero es Cuentos de Tokio su indiscutible su obra maestra.
      Fue rodada en unos años en que el público occidental descubrió el cine japonés con títulos como Rashomon y otros del gran Akira Kurosawa, más tarde reivindicado como primera influencia por variados y talentosos directores de Hollywood, si bien Ozu quizá sea el más grande entre todos los de su tiempo. Un ejemplo de cómo la cámara observa de forma impasible a los personajes, una lección magistral de estilismo visual, honesto y hasta innovador en algunos planos filmados a la altura de los ojos del personaje.
      El interés que suscita la obra de Yasujiro Ozu es prueba de la modernidad de la misma y de la atracción que su autenticidad ejerce sobre nosotros. El interior es lo único que parece interesar; el interior de las casas, el interior de los individuos. El problema es que, acostumbrados como estamos a un determinado timing, el ritmo del cine oriental nos provoca cierto desasosiego, como si no pasara nada digno de ser filmado. Pero puedo prometer y prometo a los que veáis la película que os llevaréis de recuerdo un puñado de secuencias muy difíciles de olvidar. 

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Tokyo Monogatari (Japón, 1953).
Director: Yasujiru Ozu. Intérpretes: Ryu, Chiecko Higashiyama, Haruko Sugimura.
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